Cuando preferimos la apiterapia como medicina para curar y prevenir nuestras enfermedades y dolores, estamos fomentando la apicultura, crianza y multiplicación de abejas.
Los apicultores son los proveedores de las medicinas que cosechamos de las colmenas.
Estamos hablando de polen, miel, jalea real, propóleo, veneno de abeja y larvas de zángano.
Cada uno de estos maravillosos productos, que las abejas recolectan y elaboran, son parte de nuestra Apifarmacopea.
Este tipo de medicina natural es un motor para los apicultores encargados de cuidar las abejas, lo cual es una garantía para la supervivencia de estos insectos polinizadores.
Nada que la industria farmacéutica y sus multinacionales pueda ofrecer a la naturaleza de la cual los humanos somos partes.
Por eso y mucho más, si quieres cuidar el medioambiente evita fármacos de origen sintético que no sean recetados y consume productos de la colmena 100% libres de toxicidad para sanarte y recuperar esa vitalidad perdida.
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